El escuchar y el contar son necesidades primarias del ser humano. El origen de los cuentos infantiles parte de la necesidad de contar y del deseo de hacerlo, del deseo de divertirse y de divertir a los demás a través de la invención, la fantasía, el terror y las historias fascinantes.
Es ese deseo humano el que marca los orígenes de la literatura. El escritor alemán Hans Magnus Enzensberger considera que aún antes de desarrollar las capacidades de leer y de escribir, el hombre sabía narrar historias. El cuentacuentos era el depositario y transmisor de la tradición oral y, por lo tanto, el inventor de los mitos y leyendas. La figura del cuentacuentos encarna el origen de los cuentos infantiles, así como el origen de los cuentos populares en general.