Cuentos para niños de hasta 2 años

Una guía para conocer los más adecuados cuentos para niños de hasta 2 años.

Los primeros dos años de vida de cualquier niño son ideales para generarles la costumbre de escuchar cuentos a la hora de ir a dormir. Con historias simples, una narración amable e ilustraciones coloridas y gratificantes, los niños adoptarán el ritual de irse a dormir contentos y tranquilos tras escuchar una breve historia. A continuación compartimos algunos consejos sobre cómo contar cuentos para niños de hasta 2 años.

Leyendo cuentos a niños de 2 años
Leyendo cuentos para niños de hasta 2 años.

Empecé a contarles cuentos a mis hijos cuando tenían más o menos dos años, como parte del “ritual” previo a ir a dormir. Así fue como fui aprendiendo sobre cuentos para niños de hasta 2 años. Al principio, las historias eran muy elementales. Venía un perrito, se encontraba con un gatito, se iban a jugar a la plaza, volvían a su casa, tomaban la leche y se iban a dormir. Lo importante no era la historia en sí, sino simplemente dejarle al pequeño una imagen grata en la mente que lo acompañara al momento de quedarse dormido.

Con el tiempo, y a medida que los chicos fueron creciendo, los cuentos debieron adaptarse. Fueron adquiriendo tramas más complejas, moralejas, conflictos (que siempre se resuelven), enseñanzas, personajes, etc.




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10 consejos para escribir un libro (y terminarlo)

Los amigos de Bubok nos han hecho llegar a quienes participamos de su comunidad de escritores (y de aspirantes a tales) una guía de diez claves para escribir un libro, elaborada por Diana Morales, coordinadora de los talleres literarios de Portal del Escritor.

 

A continuación, resumimos y comentamos esos 10 consejos para escribir un libro (y terminarlo). Y nos tomamos la libertad de agregar un consejo más de nuestra propia cosecha.

1. Planifica tu libro

Planificar el libro.
Planifica tu libro.

Escribir un libro es como construir un edificio: antes de empezar a escribir asegúrate de tener un plano. Piensa bien qué quieres contar, cómo vas a organizar la información en capítulos, cómo vas a terminarlo.

La sola mención de la palabra “planificar” me da escalofríos. Pero está bien; en mi experiencia, la falta de una planificación inicial (o el no cumplimiento de la misma) hace que la tarea de escribir un libro sea equivalente a atravesar un largo túnel oscuro cuyo final no se alcanza a ver.

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