¿El teatro puede servir para enseñar matemáticas? Uno se imagina a uno de esos fríos y estructurados profesores de matemática impostando la voz y explicando el teorema de Pitágoras con ampulosos movimientos, como si interpretara al Rey Lear de Shakespeare. Hay quienes proponen el teatro en la escuela infantil como una herramienta efectiva de enseñanza para cualquier materia.
Entre los impulsores del teatro como herramienta educativa se encuentra Antonio de la Fuente Arjona: actor, escritor, dramaturgo y amante del teatro. Don Antonio (no hay parentesco con el cantautor Ricardo Arjona, aparentemente) habla de actividades de educación teatral que no tienen como objetivo formar actores ni conquistar espectadores. “No se trata de educación teatral, sino de teatro en la educación”, explica Antonio.
Básicamente, el objetivo del teatro en la escuela infantil consiste en reforzar el aprendizaje de cualquier materia. “Imaginemos a un profesor (no uno de teatro, sino un maestro de matemáticas, o de lengua) usando el juego dramático, dentro del aula y en su horario lectivo, para transmitir mejor los contenidos de su materia”, se entusiasma el dramaturgo.
La idea de Arjona es que el teatro en la escuela infantil no sea un taller o una actividad aparte de las actividades normales del currículo escolar, sino una herramienta que enriquezca el trabajo del profesor y oriente el entendimiento de los alumnas. “Marionetas, sombras chinescas, pantomima, los mismos niños y niñas representando o vivenciando un hecho histórico, un problema matemático o un concepto gramatical: las posibilidades y usos son formidables”.
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La opinión de los docentes
Muchos docentes de educación primaria pensarán que esto implica aún más trabajo para ellos, pero lo que propone Antonio es aprender con la práctica, tomando como ejemplo a los propios niños y niñas, que sin tener formación dramática, comienzan enseguida a jugar y aprender ni bien se inician en el ejercicio de actividades teatrales.
Hay varios libros, escritos por Arjona, que proponen una gran variedad de juegos, ideas y ejercicios, aventurando apenas las bases para que cada docente pueda profundizar en el uso de la dramaturgia como herramienta educativa. “Más que conocimientos dramáticos, lo principal es hacerlo con entusiasmo e imaginación, puesto que la mejor manera (o quizás la única) de entrar en contacto con el juego dramático y sus amplios recursos, es precisamente ésa: jugando y experimentando”, concluye el dramaturgo.
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Cómo crear una representación teatral educativa
La docente Sofía Domínguez Martínez, especialista en innovación educativa, coincide con Arjona en que el teatro en la escuela infantil es una de las mejores formas de diversión, expresión y desarrollo durante la infancia. La actividad teatral aporta una gran cantidad de beneficios al utilizarse como apoyo de la labor educativa:
- Mejora del lenguaje, de la comprensión y especialmente de la expresión. Ampliación del vocabulario y mejora de la pronunciación, entonación y vocalización.
- Ayuda a superar problemas de timidez, miedo a hablar en público o a relacionarse. Fomenta la socialización, la autoestima y la autonomía personal.
- Enfatiza la cooperación entre alumnos y el trabajo en equipo. Ayuda a los niños a sentir que forman parte de un grupo de iguales.
En su trabajo “El teatro en educación infantil“, Sofía explica con lujo de detalles el proceso de creación de una representación teatral. En el mismo trabajo comparte una variedad de técnicas y juegos que favorecen la representación teatral.
La docente destaca el trabajo de dos dramaturgos españoles, Jacinto Benavente, Eduardo Marquina y Ramón del Valle-Inclán, quienes fueron precursores del teatro para niños en España. Benavente, como fundador de un teatro para niños en el año 1909, y Marquina y Valle-Inclán, como autores que aportaron las primeras obras para dicho teatro.
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