El lenguaje escrito es una herramienta basada en el uso de señales (símbolos) y utilizada para expresar ideas. Se utiliza como una forma de comunicación, desarrollada por la sociedad humana, que consiste en registrar marcas en un medio perdurable, como el papiro, el papel o los medios digitales. La historia de la lengua escrita nos habla de sus orígenes y de cómo evolucionó hasta nuestros días.
La escritura es un proceso simbólico que permitió al hombre extender el alcance de sus mensajes más allá de su propio tiempo y espacio. El hecho de escribir permitió al hombre crear mensajes que permanecerían sin cambios a través del tiempo, y que podrían llegar a kilómetros de distancia. La historia de la lengua escrita se originó con los dibujos simples o ideogramas que representaban elementos de la vida cotidiana. Para representar alimento, por ejemplo, se utilizaba el dibujo de una manzana; para representar el concepto de caminar o de dar soporte, se utilizaba un dibujo de dos piernas.
Con el paso del tiempo, los símbolos se fueron haciendo más abstractos. La historia de la lengua escrita evolucionó hasta que se dejaron de lado las semejanzas entre los símbolos y los objetos representados. Sin embargo, algunas letras conservan una semejanza con lo que representan. Por ejemplo, la letra M puede rastrearse hasta la palabra egipcia que representa al agua.
Tabla de contenidos
Historia de la lengua escrita: los orígenes
Los historiadores consideran que la historia de la lengua escrita comenzó simultáneamente en Mesopotamia y en Egipto. Se estima que su origen se remonta al año 3.500 antes de Cristo.
En Mesopotamia se utilizaban tabletas de barro a modo de pizarra. Y a modo de tiza o lápiz, se usaba una caña afilada, con la que se escribía en la tableta mientras el barro aún estaba blando. Esta forma de escritura es la denominada cuneiforme.
En Egipto, la escritura se hacía sobre papiros o sobre piedras, utilizando pinceles y tinta. A la escritura egipcia se la denomina jeroglífica, debido a que representa el significado de las palabras mediante dibujos o símbolos con formas semejantes a los objetos representados.
El fin de la prehistoria
La aparición de la lengua escrita marca el punto límite entre la prehistoria y la historia, aunque ese punto suele ser difícil de determinar. La aparición de la escritura en un lugar determinado viene a menudo seguida de varios siglos de inscripciones fragmentadas que no pueden incluirse dentro de un período histórico. Sólo cuando aparecen textos coherentes se puede hablar del comienzo de la historia de un lugar o región.
En la primeras sociedades alfabetizadas pasaron no menos de 600 años desde las primeras inscripciones hasta que se crearon las primeras fuentes textuales coherentes.
El alfabeto y el libro
La aparición del alfabeto constituyó un logro decisivo, después mucho tiempo en que las personas intentaron articular palabras a partir de sonidos simples. Así, lograron finalmente sustituir los sistemas de representación de objetos y símbolos por unidades fonéticas.
Los especialistas en lingüística suelen considerar al alfabeto fenicio como el primero que se utilizó de forma generalizada. El sistema alfabético fenicio contaba con 22 signos que se combinaban para representar todas las modulaciones lingüísticas posibles.
Los antiguos egipcios ya habían ideado un sistema de jeroglíficos que tenían naturaleza alfabética. Sin embargo, esos jeroglíficos nunca fueron utilizados para una escritura puramente alfabética, sino como una guía de pronunciación.
En la actualidad se considera que el primer sistema alfabético fue desarrollado hacia el año 2.000 antes de Cristo por poblaciones semíticas de la zona central de Egipto. Años más tarde, la historia de la lengua escrita nos lleva hacia el norte. Durante más de cinco siglos, los fenicios fueron quienes desarrollaron el lenguaje y lo propagaron por todo el mediterráneo.
El soporte material para la escritura
Para hacer frente al reto de preservar y transmitir la cultura, tanto en el espacio como en el tiempo, la humanidad ha tenido que encontrar la manera de conservar el soporte material y la integridad de los contenidos escritos. Manteniendo, además, la finalidad concebida inicialmente por el autor de esos contenidos.
A lo largo de la historia de la lengua escrita se utilizaron diversos soportes con características muy diferentes respecto a su modo de conservación, capacidad de transmisión e intencionalidad. Así encontramos, por ejemplo, escritura en paredes de cuevas, pieles, madera, tejidos vegetales, arcilla y papel.
Entre los materiales propiamente utilizados para la escritura, en un principio predominaron la piedra, la corteza de árboles, las hojas de plantas, el hueso, entre otros. Posteriormente se utilizaron tablillas de arcilla, pergamino, seda, papel, pieles, telas, papiro y, finalmente, materiales plásticos.
El libro
El libro es un logro único en la historia de la lengua escrita. Es una herramienta definitiva que ha permitido la conservación y la difusión de los avances de la humanidad. El libro ha facilitado el intercambio de información a todos los niveles y ha permitido desarrollar la comunicación entre las personas. Los expertos en lingüística llevan el concepto de libro hasta la prehistoria, haciendo referencia al libro oral.
En la Edad Media, el material más utilizado en Europa para la confección de libros fue el pergamino. Un conjunto de hojas de pergamino se cosían y encuadernaban formando los códices, los cuales fueron evolucionando hasta los libros que hoy conocemos. En esta evolución, se generalizó el uso del papel, la creación de la imprenta y, finalmente, con los soportes informáticos, la aparición del libro digital o electrónico.
La imprenta
Hasta el siglo XV, los libros se escribían a mano, mediante proceso lentos y laboriosos. La imprenta de Gutenberg, que permitía realizar múltiples copias de un mismo libro, favoreció la difusión de nuevas ideas políticas y religiosas por toda Europa.
La imprenta representa el tercer hito en la comunicación humana, después de el lenguaje y la escritura. Su expansión fue rápida: apenas 30 años después de su invención, ya había imprentas en más de 110 lugares de Europa occidental.
La imprenta permitió la popularización de los libros, que hasta antes de su invención eran exclusivos para unos pocos. Fue un fenómeno comparable al de la Internet, ya que permitió que los conocimientos que antes estaban en manos de pequeños grupos, se difundieran públicamente.
Fuentes
Evolución del lenguaje y la escritura
La evolución de la escritura hasta nuestros días
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