Los yōkai son monstruos o fantasmas del folclore japonés que se caracterizan por ser poderosos y alardear de ese poder ante los humanos. La leyenda del Kurote, o “Mano negra”, nos habla de uno de estos yōkai; uno bastante impertinente, por cierto, que tiene la mala costumbre de hacer emerger su fea mano desde las aguas del inodoro y atacar a sus víctimas por donde menos lo esperan.
El origen de la leyenda del Kurote proviene de la península de Noto (Japón). Se sabe que este particular yôkai tiene un brazo cubierto de pelo negro y la mala costumbre de agarrar los traseros de quienes se sientan en sus inodoros.
La historia del Kurote
Hace muchos años, en la provincia de Noto, había un samurái llamado Kasamatsu Jingobei. Kasamatsu vivía en una casa grande y bonita. Un día su esposa fue al baño y algo extraño sucedió: cuando estaba usando el retrete, sintió una mano proveniente del fondo del agujero que le agarraba las nalgas.