Las personas con necesidades específicas de apoyo educativo encuentran una respuesta en el aula inclusiva, la cual no sólo reconoce la heterogeneidad del alumnado, sino que además la valora. Para ello, el aula inclusiva se enfoca en el desarrollo de las potencialidades de cada alumno, y no en sus dificultades.
El proceso de las aulas hacia la inclusión es progresivo, requiriendo una toma de conciencia y responsabilidad de los docentes. Como resultado se puede instaurar un conjunto de innovaciones que afectan a la institución educativa tanto a nivel organizativo como didáctico.
La inclusión en la pedagogía se basa en los siguientes elementos:
- cooperación
- solidaridad
- comunidad
- respeto
- valoración de las diferencias
El desarrollo de centros inclusivos debe ser una primera prioridad para todos aquellos que defienden la equidad en la educación. En ellos debe convivir y aprender el alumnado de de distintas condiciones sociales, de diversas culturas y con distintas capacidades e intereses, desde los más capaces hasta los que tienen alguna discapacidad.