Mis hijos todas las noches me piden que les cuente un cuento. Cuentos cortos para dormir a los niños. Uno de ellos ya está grande para cuentos, pero no quiere dejar atrás esa costumbre. Insiste en que me tome el tiempo necesario para contarle algo antes de irse a dormir. Y no quiere que le lea ni que le cuente uno repetido. Cada noche debe ser una historia nueva; no importa si es larga o corta, interesante o aburrida. Cualquier historia, con tal de que sea nueva. Y que tenga final feliz.
Yo trato de hacerlo todas las noches. Muchas veces me quedo dormido a la mitad. Empiezo a mezclar en la historia hechos que nada tienen que ver con el cuento, como por ejemplo cuestiones de mi trabajo. Pero cuando recobro la consciencia (cuando mis hijos me advierten que estoy diciendo sandeces), trato de redondear la historia. Y de alguna forma, concluir con un “colorín colorado, este cuento se ha terminado”.
Cuentos cortos para dormir a los niños
Anoche, después del cuento, el mayor (10 años) me dijo algo que me dejó mudo: “Papi, ¿por qué no escribís cuentos infantiles? Por que son muy buenos tus cuentos”. Me reí y me emocioné al mismo tiempo. No me esperaba algo así.