Tener buena memoria no es necesariamente una bendición.
El neurocientífico argentino Facundo Manes se refirió al cuento “Funes el memorioso”, de Jorge Luis Borges, durante una entrevista en la que hizo referencia a la importancia de saber olvidar.
“El que mejor describe la importancia del olvido es Borges, en un cuento que se llama ‘Funes el memorioso'”, explicaba el doctor Manes. “Borges describe a Funes como un peón de campo que tenía la desgracia de recordarlo todo. Funes no podía aprender nada nuevo, no podía asociar nada nuevo, estaba atrapado en su gran memoria. No podía olvidar, y olvidar es el hecho más fascinante de la memoria”.
Es curioso que un experto conocedor del cerebro como Facundo Manes diga que el olvido es lo más fascinante de la memoria. Cualquiera diría que la función más importante de la memoria es recordar. Pero veamos lo que le pasaba a este peón de campo llamado Funes.
Resumen del cuento Funes, el memorioso
Cuenta Borges, en su libro Ficciones, que Ireneo Funes el memorioso era un peón de campo poco sociable, con una característica muy particular: sabía la hora con exactitud, sin necesidad de mirar el reloj, ni siquiera de fijarse en la posición del sol.
A los 19 años, Funes tuvo un accidente. Fue derribado de manera imprevista de su caballo y quedó inmovilizado. Pasaba sus días en el rancho, junto a su madre. Como consecuencia del accidente, adquirió el particular don que comenta Borges.
Según dice el cuento, Funes le contó a Borges que después del accidente había perdido el conocimiento, y al recobrarlo, “el presente le resultaba casi intolerable de tan rico y tan nítido”. Todo lo que vivía, miraba, soñaba o percibía se almacenaba en una suerte de presente perpetuo.