Martin Luther King fue un pastor bautista estadounidense, famoso por su incansable lucha contra la segregación racial. El hecho que lo llevó a la fama fue la defensa de una mujer negra, arrestada por no querer ceder su asiento en el autobús. Ese simple episodio fue la chispa que dio comienzo al sueño de Martin Luther King.
El 1° de diciembre de 1955, una mujer negra de 42 años llamada Rosa Parks subió a un autobús en la ciudad de Montgomery. Se sentó tranquilamente en un asiento libre, pero el conductor le pidió que se levantase y lo cediese a cualquier persona de raza blanca que lo quisiera ocupar. Era la ley, y ella no podía desobedecerla. Pero se negó a cumplir la orden del conductor, y fue arrestada.
Ley discriminatoria
“El joven blanco que estaba de pie no había pedido el asiento; fue el conductor el que decidió crear un conflicto”, declaró la señora Parks, quien sabía que lo que hacía era ilegal y que traería consecuencias. Lo que no sabía doña Rosa era que ese incidente, un simple altercado en un autobús, sería la chispa que desataría el movimiento americano contra las leyes discriminatorias. Según dichas leyes, no se permitía que blancos y negros se sentaran juntos. También debían ir a baños distintos, entre muchas otras disposiciones que suponían una constante ofensa para la comunidad afroamericana.
El episodio del autobús llamó la atención del pastor Martin Luther King, quien se solidarizó con la señora Parks y juntos emprendieron una serie de protestas contra la discriminación racial. King sugirió a la población negra de la ciudad de Montgomery no utilizar el transporte público hasta que las manifestaciones racistas se erradicaran por completo. Un año después de iniciado el boicot contra los autobuses, la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró ilegal a la segregación racial en el transporte.