Discurso del oso es una historia escrita para niños por Julio Cortázar en 1952. Diez años más tarde integraría su libro Historias de cronopios y de famas. Un texto escrito originalmente para niños pasó a ser lectura de los adultos. Cincuenta y seis años después regresó a sus destinatarios originales en un edición con ilustraciones de Emilio Urberuaga.
Soy el oso de las cañerías de la casa, subo por los caños en las horas de silencio. Los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco. Voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso que va por las cañerías.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos. Incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños.
A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado. O gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal.
De noche ando callado y es cuando más ligero ando. Me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano.