Al comenzar la adolescencia, los chicos entran en conflicto con los juguetes que usaban poquito tiempo atrás. Por un lado, quieren desprenderse de ellos por que ya no son niños, pero por otro lado, saben que los van a echar de menos si los regalan o los tiran.
Dani, el personaje de este cuento, está en esa situación dificultosa en la que quiere ser grande pero no quiere que los buenos momentos de la niñez sean cosa del pasado. Este cuento sobre la adolescencia está dedicado a todos aquellos niños que están dejando de a poco de ser niños.
Marcos tenía un hermano mayor que se llamaba Daniel. Dani, le decía. Dani había cumplido 12 la semana anterior, y el mismito día en que los cumplió, se volvió aburrido. Antes, Dani jugaba a los autitos con Marcos, y ahora decía que ya no le gustaban. Antes, Marcos y Dani hacían carreras para ver quién terminaba primero de comer. Ahora, Marcos comía todo rápido y, cuando terminaba, Dani apenas había probado un par de bocados. Un típico cuento sobre la adolescencia: en vez de comer, se la pasaba paveando con ese celular que le habían regalado para su cumple.
Un día, Marcos estaba jugando solito con una pista de carreras (la misma que antes a Dani le encantaba), mientras Dani chateaba en la compu. La mamá los vio a los dos y le dijo a Dani: “¿por qué no jugás un rato con tu hermano?”. “No puedo, Ma, estoy ocupado”, contestó Dani.