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Según se explica en la doctrina del Tantra, el universo de materia y energía que conocemos nace de una sustancia única. Esta sustancia se encuentra en el ser humano separada en dos elementos: Shiva (conciencia) y Shakti (energía). Ambos elementos se encuentran en estado latente y buscan fusionarse. La tradición hindú de Shiva y Shakti habla de una historia de amor entre ambos, que (perdón por el spoiler) termina en un final feliz.
La historia comienza con el despertar de Shakti Kundalini, la energía material. Luego de despertar, Shakti inicia una ascensión y una recorrida por los centros de energía llamados chakras. Al llegar al chakra superior, se encuentra con con Shiva, la conciencia espiritual.
La leyenda dice que en la base de la columna vertebral de todo ser humano existe una energía dormida. Dicha energía está representada por una serpiente enrollada en el hueso sacro. Mientras esa energía permanece latente, las personas vivimos en un estado de adormecimiento o de ilusión.
Mientras vivamos en ese estado de adormecimiento, seremos prisioneros de los ciclos de causa y efecto (el llamado karma). Estaremos inconscientes de nosotros mismos, como actores de nuestro verdadero papel en la vida.
Al permanecer en un estado de ilusión, buscamos solo aquello que el mundo material nos ofrece. Nuestra felicidad está inevitablemente dependiendo de él. Corazones y mentes, alma y espíritu, se mantienen esclavizados por las sensaciones materiales de placer y dolor, y las conductas morales basadas en los conceptos del bien y del mal. Valoramos más a la seguridad y a la estabilidad que a la espontaneidad y a la libertad.
Cuando la serpiente despierta, se transforma en Shakti Kundalini, y comienza su ascenso por la médula espinal y su recorrida por los chakras, activando a cada uno de ellos. Al llegar al sexto chakra, llamado Ajna o Agñá y simbolizado por una flor de loto con dos pétalos, Shakti encuentra dormido a su amado: Shiva, la conciencia espiritual.
Shakti comienza a danzar para Shiva, y el amor que emana de su baile lo despierta. Shiva se suma al baile de Shakti y ambos se funden en un único ser. La historia termina cuando este único ser, Shiva-Shakti, se transforma en luz, y como un espiral de energía que atraviesa el portal de Brahma (el séptimo chakra, ubicado en la coronilla), asciende y vuelve a la luz original.
La leyenda de Shiva y Shakti nos enseña que sólo a través de la experiencia logramos llegar a nuestra esencia; tal como en el cuento, sólo a través de Shakti se logra despertar a Shiva. La energía vital, que corre por el interior de la médula espinal, es fundamental para desbloquear y equilibrar los chakras, y para encender la llama de la conexión espiritual.
Se trata de un proceso: el despertar de la Kundalini y su viaje a través de los chakras, uno por uno, hasta llegar a su destino. No se pueden saltar etapas ni chakras. Se ha de experimentar cada peldaño de esa escalera de consciencia que es la columna vertebral.
Comenzando por la base, con el despertar de la energía vital, tomando consciencia del cuerpo y de sus sensaciones.
Santa Teresa de Jesús escritora
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